Veníamos satisfechos con el proceso de adaptación en nuestra Institución… De viernes a lunes se suspenden las clases. Súbitamente se nos impone un cambio donde la incertidumbre, el miedo, la inseguridad, el malestar circula en el mundo de los adultos. Esto tiene un gran impacto a nivel familiar porque las rutinas sostenidas hasta el momento requieren reorganización. ¿Quién se tomaba entre 40 y 60 segundos para un lavado de manos?
La mayoría de los niños hablan con gran naturalidad del “coronavirus”.
Entonces, surge la gran pregunta ¿qué estarán viviendo nuestros pequeños con este fenómeno? ¿Cuál es su vivencia? ¿Qué han interpretado entre lo que ven y escuchan?
No podemos dejar de considerar cuánto influyen nuestras emociones en la vida de ellos…
Seguro que los más pequeños están percibiendo el cambio de rutina. De golpe de un viernes para lunes dejaron de venir “al cole”, “la salita” esos lugares a dónde estaba comenzando a construir el apego. Estaban comenzando a entender en qué consistía ese nuevo lugar…
Con los más grandes del Jardín, llegamos a nombrar, a dar lugar a la pregunta, a verbalizar en grupo. En una etapa donde la razón, el miedo y la lógica los mueve a esas preguntas maravillosas de nuestros pequeños preguntones, investigadores que siempre nos sorprenden de cuánto “absorben”.
“Son unas esponjas”, dicen los padres, lo que en este momento puede llegar a ser amenazantes los dejamos solos a construir sus propias conclusiones.
La gran pregunta es cómo cuidar en estos momentos cuando nosotros los adultos estamos pisando arena movediza.
Hoy elegimos comunicarles algunos consejos para trabajar su mejor confianza interna
Lo ideal es que cada niño se sienta que está en casa porque es el lugar de mayor protección. Que estar en casa es una forma de cuidarnos y cuidar a los otros. Lo irán entendiendo con el tiempo… Ellos están procesando el duelo de no poder salir a jugar, de no verse en el cole con amigos y maestras entre otras restricciones.
Ofrecer las explicaciones necesarias:
A los más pequeños:
Ofrezcamos para estos niños una explicación, por pequeños que sean. “Por unos días te vas a quedar en casa. Las maestra fulana y fulana nos van a mandar una canción, una foto que han elegido para ti”… “Mira lo que mando Mercedes” “Te voy a avisar cuándo vas a volver” “Aún no lo sé cuándo será…”
A los más grandes:
Demos lugar a la escucha antes de informar, chequeemos qué conclusión han construido hasta ahora. ¿Qué saben hasta ahora? ¿Qué les preocupa? (¡Qué alivio siente un niño cuándo puede poner en palabras lo que viene temiendo. Mejor aún si esto lo conversa con mamá y papá). Seguramente esté en algunos de ellos ese miedo que nos frecuenta a los humanos, Este miedo del que siempre hablamos. Solo que ahora se puede haber acentuado como es el miedo a que nos pase “algo feo” a nosotros o a nuestros seres queridos. Contengan con escucha y paciencia.
Cuidemos las rutinas. Lo que genera un orden y estabilidad para ellos. Hora de juego, de televisión, de ayudar en casa. Armemos el cuadro con ellos de las rutinas individuales para pegar en la heladera. ¿En qué voy a ayudar? ¿Qué hacemos primero, segundo, tercero…?
Recurran a trabajar en red. Escuchen ideas de otras familias (esto es un recurso del grupo de padres de Whatsapp). Recurran al teléfono fijo y ayuden a llamar al amigo para compartir noticias. Esto no contagia, seguro gratifica.
Dispongan un lugar para bajar esa caja con tijera, mantel, goma, marcadores, cinta etc. Y que se convierta en un rato de expresión en un lugar permitido de la casa.
El fin de semana implementemos juegos de cartas. Hagamos cine en casa.
Recurran al bochinche de las canciones infantiles y también de la música celta.
Y bueno…si aún no lo has implementado recurre a el viejo y reiterado consejo de sentarte en el piso a mirar a mi hijo o hija jugar!
La realidad exige distanciamiento, nos toca disfrutar o aprender a disfrutar de la intimidad de la familia.
Les mando un abrazo grande a toda la familia de American School!
Lucila